Miguel Ángel Velázquez: Ciudad perdida

Este fin de semana un buen amigo preguntaba, con algo de enojo, si considerábamos los ahí reunidos que la decisión de la presidenta Sheinbaum, esa de no invitar a la señora Piña al evento en que se conmemoró la promulgación de la Constitución de 1917, podía considerarse un exceso en el marco de las muy malas relaciones entre los dos poderes.

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